martes, 24 de febrero de 2009

Cada forma que ves tiene su arquetipo
en este mundo desplazado;
Si la forma muriera no importaría,
pues su original es eterno.
Las bellas efigies que has visto, las profundas
palabras que has oído,
No te desanimes si perecen; pues no es así.
Por cuanto el manantial es inmortal, de su fuente
brota agua continuamente;
Ya que no pueden cesar, ¿por qué te lamentas?
Concibe el Alma como una fuente,
y las cosas creadas como ríos:
Mientras fluya la fuente, de ella corre el río.
Aparta el dolor de tu cabeza y bebe agua del río;
No pienses que faltará agua,
pues ésa no tiene fin.
Desde que llegaste al mundo del ser
Ante ti se puso una escala para que pudieras escapar.
Primero fuiste un mineral, luego te convertiste en planta,
Después llegaste a ser animal: ¿cómo iba a ser esto un secreto para ti?
Más tarde te hicieron hombre, con conocimiento, razón y fe;
Contempla el cuerpo, que es una parte del pozo de polvo ¡Que perfecto se ha vuelto!
Cuando hayas superado ser un hombre,
sin duda te convertirás en ángel;
Tras ello habrás terminado en esta tierra:
tu lugar estará en el cielo.
Sobrepasa incluso el estado angelical:
entra en ese océano,
para que tu gota se transforme en un mar
como cien mares de Omán.
Deja este "hijo", di por siempre "Uno"
con toda tu alma;
¿Qué importa que envejezca el cuerpo,
cuando el alma es joven?

Jalaluddin Rumi

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Mientras fluya la fuente, de ella corre el río.
Aparta el dolor de tu cabeza y bebe agua del río;
No pienses que faltará agua"

Si es que no saben como decirlo mejor para que nos enteremos de una vez, mientras haya vida y bebas de ella, ¿de qué te preocupas?